Segundo Intento de Abordaje de los Acorazados

noviembre 21, 2018

A pesar del fracaso de la primera tentativa de tomar los acorazados, el Mariscal López consultó, el 12 de mayo de 1868, al entonces Coronel Bernardino Caballero, sobre la posibilidad de abordar uno de los buques anclados en Tajy, aguas arriba de Humaitá. Desde esa fecha se empezó a elaborar el segundo intento de capturar los acorazados, mientras las canoas enmascaradas con camalotes servían para enviar carne de Timbó a Humaitá.

El 2 de julio, el Mariscal comisionó al Mayor Francisco Lino Cabriza y al capitán Ignacio Coni Caballero para organizar la “Empresa del Bermejo”. El plan consistía en enviar por el río Bermejo dos divisiones de canoas cubiertas de camalotes. Entre los asaltantes debían figurar maquinistas y pilotos a fin de operar los buques cuando fueran tomados. Una innovación técnica, fruto de los Arsenales de Asunción, fueron los tubos con “materias asfixiantes inflamables” para ser lanzados por las escotillas, por si la tripulación volvía a encerrarse en las bodegas. También fue fabricado un tipo especial de granadas de mano, que complementarían a los sables, hachas y pistolas que portaban los miembros de la operación.

Buque Barroso (1865)

Durante la noche del 9 de julio, la expedición bajo por el Bermejo, adentrándose en el río Paraguay, con 24 canoas camufladas divididas en dos grupos, buscando tomar a los acorazados “Rio Grande” y “Barroso”. La cubierta del primero fue invadida, muriendo en ella su comandante. El “Barroso”, alertado, tomó las disposiciones adecuadas para repeler su abordaje con fuego de fusilería desde los porta-huellas dispersando a los asaltantes. También colaboró la batería de Tajy, que destrozó varias canoas paraguayas. Una vez repelido el ataque, el “Barroso” se colocó al costado del “Río Grande” y con metralla barrió la cubierta de dicho buque.