El 8 de mayo de 1867 la columna del coronel Camissao, luego de su primer encuentro con las fuerzas paraguayas, emprendió la retirada hacia el norte. Las tropas del mayor Montiel Caballero, advertidas del movimiento, prepararon una emboscada, que condujo a una completa victoria de los paraguayos, según la crónica que publicó “El Semanario” (Nº 690) al término de la campaña. Ella decía:

“…el denodado capitán ciudadano Crecencio Medina con un escuadrón del regimiento Nº 3 y un mitad de la compañía de cazadores del batallón Nº 18, al mando del teniente Soilo Almada, se había adelantado, y se encontraba en el camino que debía llevar el enemigo. Era el día ocho de mayo; éste marchaba en columnas compactas formando cuadro, dentro del cual llevaba su abasto, pertrechos y demás bagajes. El capitán Medina ocultó su infantería, y él con su escuadrón se colocó de manera a caer sobre la columna a la primera descarga de infantería. Era un acto atrevido, de especial arrojo, pero que podía traer consecuencias muy favorables, como realmente sucedió”.

“El enemigo emprendía su fuga descuidado, y muy lejos de pensar que nuestra fuerzas se encontrasen ya a su paso, así fue que a la descarga de la infantería hecha a boca de jarro, y la inmediata arremetida de la caballería le sorprendió completamente, y las lanzas y las bayonetas se empaparon de sangre de los invasores, que se pusieron en dispersión, cubriendo el camino con sus cadáveres. Como dos batallones de una de las alas tuvo lugar de reunirse, y formar cuadro, el alférez Alejo Torres con una guerrilla cargó el cuadro que encontró todavía descubierto un costado por donde entró y los dispersó completamente”.

“Se calcula al enemigo una pérdida de 200 hombres en esta acción mientras de nuestra parte no alcanzó 16. El castigo fue terrible y las proezas de nuestros bravos son dignas de toda ponderación, pues han vencido allí a un enemigo infinitamente superior en número y elementos (Cardozo VI; 1972: 163).

Según los parte brasileños de la acción, la columna principal no fue dispersada por la acción paraguaya, sino que salvada la emboscada en que cayeron las fuerzas de avanzada, continuó penosamente la marcha en dirección a Bella Vista, siempre acosada por las líneas de tiradores, los jinetes y la artillería paraguaya, que incesantemente hostigaba a los fugitivos…

Cuenta el vizconde Taunay que las caballería paraguayas actuaban velozmente, formando grupos pequeños que maniobraban astutamente simulando fugas para ganar terreno y súbitamente retornar, cargando furiosamente (Cardozo VI; 1972: 164).

Se combatió sin cesar desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, hora en que se concentraron los paraguayos y los brasileños formaron campamento, en cuadro, guardando todas las precauciones en previsión de un ataque nocturno (Cardozo VI; 1972: 165).

Fuente: Recopilación Combates de la Guerra de la Triple Alianza del Gral (R) Hugo Mendoza