Un 12 de marzo, pero de 1902, fallecía el Coronel Juan Crisostomo Centurión.

“Yo, bañado en sangre, con la espada en la mano, iba andando sin rumbo fijo hasta llegar a un grupo de árboles, o isleta a cuya sombra tomé abrigo para librarme de los rayos de un sol abrasador y sufriendo una sed devoradora. Sin duda, debida a esta circunstancia escapé a la muerte”.

“Serenada la tempestad y después que todo se había consumado a eso de las 2:30, a las 3 de la tarde, unos soldados desprendidos de un batallón brasilero que había acampado a la inmediación, fueron recorriendo la isleta como buscando algo y me encontraron allí tendido en el suelo y horriblemente desfigurado, y previo al despojo de todas las pequeñas prendas de valor que llevaba, me condujeron a presentar al jefe del batallón, a quien tuve que dar mi nombre escrito con lápiz en un pedacito de papel que me facilitó”.

“Enseguida me mandó a una guardia donde se encontraban también prisioneros algunos de mis antiguos compañeros”.

Engrillado fue trasladó a Concepción, luego a Río de Janeiro. Pidió ir a París, para buscar a Rosita Carreras, hija del Mariscal. En Europa presenció la guerra franco-prusiana y la caída de Napoleón III. Vivió indistintamente en Cuba, Estados Unidos y Jamaica durante varios años. Regresó al país a fines de 1878. Trabajó como abogado y colaboró con los periódicos “La Reforma” y “La Democracia”.

Integró el Superior Tribunal de Justicia. Fue Fiscal General del Estado y en 1887 formó parte de la comisión promotora de la Asociación Nacional Republicana. Electo Ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Patricio Escobar, fue fundamental en la expulsión de los bolivianos de Puerto Pacheco (Bahía Negra).

En 1890 fue nombrado Ministro Plenipotenciario ante Gran Bretaña, Francia y España. Restituido a sus funciones políticas en Paraguay, en 1895 fue electo senador e integró juntamente con Cecilio Báez la comisión encargada de estudiar y explorar las fronteras con Bolivia. Fue también responsable principal del logro de pensiones para los veteranos de la Guerra de la Triple Alianza.

Juan Crisostomo, un grande de la guerra y la paz.

Redacción: Fabián Chamorro.

FOTO: Cortesía Ministerio de Defensa Nacional. Del Archivo Gill Aguinaga.