La rendición de Isla Po’i
noviembre 21, 2018
Al principio el cruce de la Laguna Verá no presentó muchas complicaciones, ocultos bajo la noche y con el mayor sigilo, las canoas paraguayas pasaban lentamente. Una vez percatados los aliados del cruce de los paraguayos, comenzó una encarnizada lucha; gran cantidad de proyectiles, desde distintos puntos, caía sobre los evacuados.
Posteriormente, los bombardeos aliados hicieron imposible continuar la huida, quedando varados más de 1.200 hombres en Isla Po’i al mando del Coronel Francisco Martínez. Las penurias de estos fueron terribles, quedando sin alimentos, aun así resistieron en la península. Los hombres recurrían a las correas de los cañones y hasta el propio aceite de las piezas para engañar al estómago.
Finalmente, el 5 de agosto de 1868, con algunos combatientes paraguayos muriendo de hambre, Martínez aceptó conferenciar con el jefe argentino General Ignacio Rivas. El coronel paraguayo acordó la rendición de sus hombres bajo las más honorables condiciones. Todos los paraguayos conservarían sus espadas y no serían obligados a tomar las armas contra su país. Rivas abrazó efusivamente a Martínez, por la valentía demostrada durante los días de asedio.
Desde el Chaco se podía ver la inexpugnable fortaleza de Humaitá. La misma únicamente pudo ser ocupada una vez abandonada. Nunca cayó en combate.